domingo, 20 de diciembre de 2015

La indiferencia, el mayor problema de los bogotanos.

Pienso que el mayor problema de nosotros los colombianos, y particularmente de los bogotanos, más allá de la famosa hipocresía y soberbia, es la indiferencia. Obviamente existen excepciones, no pretendo generalizar, pero la parte de la población a la que me refiero tiene ese toque de insensibilidad que las condiciones de vida le han dado.

Foto tomada de: https://www.youtube.com/watch?v=uZeuJRB2pdM

¿Cuántas veces han ocurrido masacres, desplazamientos forzados, desapariciones  y más barbaridades en nuestro país? Cantidades innumerables, ¿y qué hacemos nosotros? Nada, porque afortunada (¿o desgraciadamente?) no hemos sentido en carne propia la miseria de la violencia, como para sensibilizarnos lo suficiente.

Sin embargo, lo pondré en casos más cercanos para que la excusa de la distancia geográfica no nos sea suficiente. “Policía, baje a ese indigente del transmilenio”  de acuerdo, se supone que todos debemos pagar por el buen o mal servicio que nos brinda, pero ¿no se han preguntado la miseria de ese pobre hombre que debe caminar tantas calles como le sea posible para conseguir material reciclable y comida? ¿Y qué hacemos por ellos? la verdad, muy poco.

¿Por qué hay tantos colados en transmilenio, por qué un adulto mayor tiene que rogar por una silla dentro del autobús?¿Por qué las personas se recuestan al tubo del articulado sabiendo que hay muchos que intentan agarrarse de él? ¿Por qué cuando alguien se resbala en el andén casi nadie va a ayudarlo?¿Por qué vemos a tantos habitantes de las calles? o ¿Por qué nos quedamos callados cuando algo que no debería pasar sucede? Temo decir que la indiferencia nos mata, llena cada día nuestras vidas y la mayoría son indiferentes ante su condición de indiferencia, entonces ¿Qué nos queda?

En lo más importante: el componente humano, no tenemos nada, las demás cosas son añadidura que a la larga, termina siendo basura, pero que nos preocupan más. Muchos están satisfechos con su comodidad, con su propio bienestar, dejando de lado el instinto de colectividad que un principio nos permitió ser humanos. Para ser la mejor ciudad no sólo hay que exigirle al gobernante de turno, hay que exigirle a los que viven en ella  “La ciudad es un discurso ... la ciudad habla a sus habitantes” (Barthes,1967)

Evidentemente el papel que cumplan los gobernantes será determinante para la situación de la ciudad, pero quiero decir que nosotros también debemos aportar a la causa y no sentarnos a esperar que un alcalde lo haga sólo. Y ahí encontramos otro problema, muchas veces la corrupción de estos mandatarios impide o retrasa muchos aspectos que podrían aportar al cambio. Sin embargo, nos hemos dedicado a juzgar y exigir condiciones que mejorarán nuestra individualidad y no la colectividad que en el fondo, haría de Bogotá una mejor ciudad.

Si bien es cierto, el sentido de pertenencia se pierde con tantos foráneos dentro de la ciudad, también resulta ser verdadero que el bogotano suele darle poca importancia a la polis a la que pertenece.¿Entonces qué debemos hacer al respecto? un saludo, una ayudita por las calles, exigir por los desamparados, dejar de estigmatizar a “Los del Norte” y “Los del Sur”, correrse un poco en el transporte masivo para que quepa una persona más en horas picos, ceder una silla sin rezongar, etc. hay cantidades de cosas que podemos hacer. Principalmente debemos ser un poco menos miserables.

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